¿Es TDAH?

...es fundamental tener en cuenta que la falta de atención no siempre es consecuencia del TDAH. La falta de atención a menudo enmascara otra dificultad cognitiva y se manifiesta como un síntoma de dicha dificultad.

Si está leyendo esto, es posible que piense que alguno de sus alumnos, sus hijos, o incluso usted mismo, tiene TDAH. Probablemente haya detectado el síntoma más famoso (falta de atención) y esté buscando una forma de confirmar este diagnóstico. No sería el único; según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, hace tan sólo una generación aproximadamente uno de cada 25 estudiantes en Estados Unidos tenía TDAH. Hoy en día, uno de cada cinco chicos de secundaria está diagnosticado de TDAH1. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la falta de atención no siempre es consecuencia del TDAH. La falta de atención a menudo enmascara otra dificultad cognitiva y se manifiesta como un síntoma de dicha dificultad. Por ello, sólo los profesionales de la salud mental deberían realizar este diagnóstico, ya que es frecuente que la falta de atención sea malinterpretada.

Dejemos en claro una cosa, no estamos diciendo que el TDAH no existe o que nadie tiene TDAH. Lo que pretendemos es poner de manifiesto el hecho de que la falta de atención puede estar causada por un amplio abanico de situaciones diferentes, la mayoría de las cuales no implican tener TDAH. Comprender la raíz de la falta de atención es fundamental para identificar un enfoque adecuado para mejorarla.

 

La atención no funciona en el vacío ni de forma aislada. De hecho, está profundamente entrelazada con varias habilidades cognitivas diferentes, como la velocidad de procesamiento, la memoria de trabajo, la función ejecutiva y muchas más. Debido a que dependemos de una serie de habilidades cognitivas interdependientes para procesar la información y aprender, a veces el rendimiento es el resultado de la habilidad o capacidad menos desarrollada. Este puede ser el caso de la atención. Por ejemplo, si un profesor habla tan rápido que la velocidad de procesamiento del alumno no puede seguir su ritmo, es posible que este deje de prestar atención. No porque su atención no esté funcionando correctamente, sino porque alguna otra situación está causando un efecto dominó que se expresa a través de la falta de atención. En otras palabras, la falta de atención es un síntoma de un problema de aprendizaje y no la causa del problema, aunque a menudo se diagnostica erróneamente.

La Dra. Diane McGuinness, reconocida psicóloga cognitiva, lo deja claro cuando afirma: “El control atencional se ha convertido en un tema importante en las escuelas estadounidenses debido a la creencia de que los ‘déficits de atención’ causan el fracaso escolar. Esta noción excesivamente simplista parece inmune a veinte años de investigación científica […] En cambio, la investigación ha demostrado lo contrario: el fracaso en el aprendizaje causa la incapacidad de prestar atención. Cuanto peor se nos da algo, más difícil es mantener la atención en lo que se está haciendo. Cuando somos malos en algo, nuestro cerebro quema más glucosa en más regiones cerebrales. Quemar glucosa consume ‘energía’ y un gasto elevado y continuo de energía mental es agotador. La frustración también reduce la energía mental, porque interfiere con la concentración”.2 En base a esto, es fácil ver que para muchos estudiantes, en lugar de que la dificultad atencional cause fracaso en el aprendizaje, es el fracaso en el aprendizaje lo que causa frustración, desinterés y falta de atención.

Además, existen otras posibles causas de la falta de atención que siempre se deben tener en cuenta. Algunas de ellas son la nutrición y el sueño, el uso de la tecnología y la sobrecarga de información, entre muchas otras.

En resumen, es importante recordar que, aunque la falta de atención puede ser un indicador del TDAH, no es la única explicación posible. La falta de atención es un tema complejo porque hay muchas causas que pueden explicarla. Esto es complejo, ya que los estudiantes que se vuelven inatentos como resultado de fallos en el aprendizaje pueden ser diagnosticados erróneamente y tratados por TDAH u otros trastornos del aprendizaje, cuando la falta de atención puede tener su origen en otra parte. Es crucial que analicemos siempre la falta de atención desde un enfoque integral.

Referencias:

  1. Centers for Disease Control and Prevention. Attention-deficit/hyperactivity disorder (ADHD): data & statistics. New data: medication and behavior treatment.
  2. McGuinness, D. (1999). Why our children can’t read and what we can do about it: A scientific revolution in reading. Simon & Schuster.
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